Relajandome de la tensión

Entro en el hotel de las termas y la dueña se acerca a mi.
-¿Es usted la señorita Erika?
Asiento levemente mirandola.
-Pase por aquí, Hatori me dijo que vendrías.
-Gracias -digo solamente por cortesía.
Caminamos hasta una habitación espaciosa y cómoda.
-Puede instalarse aquí, ¿hasta cuando estará?
-Solo el día de hoy, de momento -contesto entrando en la habitación.
-Que disfrute -dijo haciendo una reberencia y se dio la vuelta para cerrar la puerta.
-Señora -la llamo, ella se dio la vuelta- Si Akito pregunta por mí, no me encuentro en este sitio.La señora asintió y cerró la puerta sin preguntar. Suspiro y dejo mis cosas en la habitación. Tras unos minutos admirando el paisaje, salgo hacia el salón principal del lugar donde había una televisión y unos sillones para todos los visitantes. Me siento en uno de los sillones mirando hacia la ventana pensativa.