Tardas mucho...

Estaba recostado en mi cuarto, observando el paisaje de invierno que se podía ver en el jardin al tener la puerta corredera abierta. Parecía tranquilo, pero en realidad estaba realmente alterado. Ya había roto el nuevo jarrón que me habían comprado, sus trozos descansaban en el suelo, el agua estaba esparcida por el suelo de la habitación y parte de la pared. Todo estaba en silencio, un silencio que daba miedo.

Luego de mi primer encuentro con otro ser vivo que no sea Akito, me encamine nuevamente hacia la casa principal. entre rapidamente hasta llegar a la habitacion de Lider del Clan Sohma. Y alli estaba.. recostado con la puerta habierta mirando el mas alla.. me aserque a paso lento y en silencio - Akito - susurre levemente. parandome frente a el sin subir las pocas escaleras que llevaban hacia dentro de la piesa.

Oí a alguien entrar a la habtaciñon, pero no me moví. No me interesaba ver a nadie en ese momento, iba a girar la cabeza para hacerlo saber cuando oí la voz de Kureno en un suave susurro. Le miré fríamente.
-¿Dónde estabas? -pregunté con tranquilidad, pero con un tono que ponía los pelos de punta.

Note su silencio y me puse más nervioso. Me levanté con falsa tranquilidad y me acerqué a él, mirandole fijamente.
-¿Dónde estabas? -volví a preguntar, algo más duramente.

Había estado muy preocupado, salió sin decir nada, de repente. No estaba acostubmrado a que saliera y se fuera de mi lado. Estaba...asustado y sin darme cuenta comenzé a temblar levemente.

"Siempre.." desvie la mirada unos segundos. Si, siempre había estado allí, a mi lado, desde aquel día...Pero, había salido sin avisar, desaparecido de mi lado, ¿y si se acostumbraba a hacerlo? ¿Y si...?
-¡No! -dije en voz alta. Le miré- Entonces ¿no saldrás más sin avisar?

Le miré fijamente unos segundos, se le veía algo triste. Pero no me importaba, sabía que lo decía de verdad, que seguiría a mi lado como hasta ahora. Bajé la cabeza, me sentía mal porque hacía unos segundos estaba apunto de hacerle daño, con uno de mis ataques de agresividad.

Le seguí con la mirada, caminar y sentarse en el cuarto mirándome. El y yo, como siempre, nada había cambiado. Me acerqué a él con tranquilidad y le abrazé dejandome caer.

Cerré los ojos, arropado por los brazos de Kureno y poco a poco me quedé dormido. Pasó un tiempo indefinido en el silencio de la haibtación. Como estaba algo apartada, el movimiento de la casa familiar apenas ra audible desde allí. Nadie nos molestaría...nadie...
De repente, di un respingo. Sobresaltado me senté, había tenido una pesadilla. Miraba al frente con una profunda expresión de miedo dibujada en el rostro.

Podia sentir su suave respiracion que hiba y venia por mi cuello. cada vez se volvia mas lenta y pausada y entendi que se habia quedado dormido, profundamente dormido. Desie que duermiera tranquilamente.. sin problemas, mientras yo me quedaria alli hasta que despertara.
Acaricie lentamente su cabello mientras él dormia hasta que de un sobresalto, inesperado, quedo sentado dejante mio. Lo mire rapidamente, hallando en sus ojos un miedo profundo.

Sabía que Kureno me miraba, pero no le hize ningun caso, estaba demasiado perturbado por mi pesadilla. Me llevé las manos a la cara fuertemente.
-Maldita sea...esa niña...-murmuré respirando rapidamente, mirando al suelo.

Oí las palabras tranquilizadoras de Kureno en silencio, hasta que terminara de hablar. Luego la habitación se quedó completamente en silencio, solo se oía la brisa helada del invierno entrar por la puerta que daba al jardín.
-No es un sueño -dije al fin, sin mirarle- esa niña...esa niña...-murmuré sin poder seguir con lo que quería decir.

Ante sus palabras, me quedé en silencio, sombrió. Había adivinado mi miedo, ¿sabría a quien me refería? Quizá...ha pasado demasiado tiempo junto a mi. Me coonce demasiado bien.
-Hace frío -comenté cambiando de tema aparentemente.

Oí sus palabras mientras le seguía con la mirada. Se quedó ahí, parado tras cerrar la puerta poco a poco. Noté su mirada algo melancólica, así que me levanté y le abrazé por la espalda con una leve sonrisa triste.
-El invierno acaba de empezar para esa chica -susurré.

-¿Sabes? Tienes suerte de no haverla visto. Todos dicen que es mona, pero es una niña muy fea...No se que puede ver Yuki en ella -sonreí cruelmente sin moverme ni un milímetro.

Sabía que callaría, contaba con ello. Sonreí levemente, me quedé en silencio. Sin embargo, mi mente isempre estaba dandole vueltas a lo mismo. Esa niña...seguro que estaba planeando una forma de quitarme a los doce signos. Apreté mis uñas casi sin darme cuenta, perturbado por mis pensamientos.
-Kureno...¿tienes curiosidad por conocerla? -le susurré tratando de encubrir mi odio y rabia en mis palabras.