Mi reflejo

Estaba demasiado cansado tras la carrera que me había pegado para ir al centro comercial a hacer unas compras.Ví el lago y recordé que hacía años que no me pasaba por él,y me senté cerca del mismo recordando las cosas que hacía de pequeño allí.Eran buenos tiempos sin duda.
-Supongo que ya no se puede volver atrás-dije con voz dolorida mientras me acercaba a la orilla-ahora tengo que seguir con esto-continué mirando mi reflejo en el agua,donde entre los mechones negros que componían mi flequillo había unos cuantos cabellos de color rubio.

Llegue al lago depues de caminar mucho por el bosque. No solia haber nada ni nadie en ese lugar, ya que llegar a ese lago no era cosa facil.
- ¡Demonios! ¡Con estas malditas piernas mias no hay quien camine por aqui! - dije en voz alta y furiosa - cuando vuelva al castillo me transformare -.-...

Habría seguido observando aquella cara,pero sentí un ruido a mis espaldas y me giré,asustado por lo que pudiera haber oido o visto.No podía permitir que la gente supiera de mi más de lo que debiera,para ello estaba mostrando esta faceta,y ahora estaba en peligro por descuidado y por bajar la guardia en unos minutos cruciales.
-¿Quién anda ahí?-pregunté con el rostro fruncido y una expresión de inseguridad y desconfianza en el mismo.
Me acerqué un par de pasos,dejando atrás el lago en el que me estaba reflejando hace un momento.

Escuche una voz masculina proveniente de la orilla del lago.
"Maldición... no pensé que hubiese alguien por aquí..."
Intente alejarme sin hacer ruido, pero unas ramas en el suelo me fastidiaron el plan, además choque de espaldas contra un árbol y el golpe me hizo caer al suelo.
-Que golpe más tonto… - murmure llevándome las manos a la cabeza.

Ahora podía oir una voz. Era la de una mujer,sin lugar a dudas.Algo me recorrió la espalda como si se tratara de una sanguijuela,y entonces palidecí durante unos segundos.Me acerqué a paso lento,con los ojos sumamente atentos a mis alrededores y a cualquier posible ataque.Contuve mi respiración,nervioso,esperando una nueva señal mientras seguía llamando.
-Vamos,se que estás ahí...-murmuré buscando a aquella persona con expresión tranquila,pero mis pensamientos seguían como antes.

No sabía qué hacer. Si me levantaba haría ruido y me descubrirían, aunque por otra parte no tenía nada de que huir, simplemente intentaba alejarme de, por lo que podía escuchar, el hombre que allí se encontraba. Supongo que el hecho de que se tomase tantas molestias por encontrarme era lo que me había incitado a "escapar". Tenía dos opciones pero una de ellas no me convencía demasiado...

-L-lo siento... - tartamudeé aun sentada en el suelo - no pretendía molestar... creía que
a este lugar no venia nadie... - me excuse con mi tono de voz más fino y femenino.

Observé a la chica que allí se encontraba.Cabello rubio,claro y propio de una chica americana.Ojos grises y nublados como un cielo de noviembre,piel blanca como la de la nieve.Estaba sentada en el suelo,tartamudeando como si fuera a devorarla.La miré con sorpresa por eso,no iba a hacerle nada malo y no entendía por qué se asustaba,¿habría visto...?No,no podía ser.Retrocedí y me coloqué mejor mis gafas.
-No molestas,tranquila-extendí mi mano,esperando que la tomara y se levantara de ahí-Lo siento yo si te he asustado-

Al levantar la vista encontré a un chico de pelo negro y con una penetrante mirada, tendiéndome la mano para ayudarme a levantar. Después de tanto estrés intentando no ser descubierta, mi opción de dejarme "cazar" no parecía tan mala. Él llevaba unas gafas que se había colocado antes de alargar su brazo hacia mí, su piel era blanca casi más incluso que la mía. Después de unos minutos, reacciones y agarre su mano para levantarme, me había quedado atontada mirando su cara, nunca antes había visto a alguien observar de esa forma además, el llamativo color azul de sus ojos que se descubría tras su flequillo que era como el del Lago, que tanto me gustaba mirar me había dejado atontada.
-Gracias... - murmure - me alegra saber que todo ha sido un mal entendido, o algo asi... - reí tímidamente.

La ayudé a levantarse y me di cuenta de que no era más alta que yo.Era como el resto de las chicas a excepción de aquel hermoso cabello rubio y esos ojos tan claros.Intenté parecer amable y no asustarla más de lo que estaba.Encontrarse con un desconocido en un lugar así era lo menos que una persona,especialmente chica,querría.
-¿Vienes mucho por aquí?-le pregunté para intentar romper un poco el hielo y que todo esto no llegara a más.

-No tanto como me gustaría...- dije ya más calmada mientras me sacudía la ropa y el pelo lleno de hojas secas. Hacía mucho tiempo que no me pasaba por el lago, que por lo general estaba desierto y se me hacia raro ver a ese chico, que parecía más de ciudad que de campo por este perdido lugar. Me preguntaba que le habría traído hasta aquí... aunque supongo que él se preguntaba lo mismo de mí... Cuando ya me parecía que estaba presentable extendí mi mano hacia el chico como para saludarle
- No nos hemos presentado aun... yo soy Yuko- dije con una sonrisilla.

Esperé mientras oía su respuesta como se arreglaba,ya que al parecer se había llenado de hojas.El verde quedaba bien en su pelo,claro que no era la ocasión de llevarlo lleno de hojas del suelo,pero feo no le quedaba.Vi como su pálida mano se extendía frente a mi,esperando que la tomara de igual manera.Pude oir su nombre,Yuko...
-Mi nombre es Makoto-le respondí con la boca torcida y los labios juntos,pero sin querer expresar molestia,solo extrañeza-Es extraño encontrara una japonesa rubia...-comenté,sin querer meterme mucho en el tema-¿Eres de por aquí?-

Me quede un poco aturdida por su reacción. Me presento, ¿y me pregunta por mi pelo? No sabía si actuar como si en verdad no me extrañase su curiosidad o comenzar a reír a carcajadas. Pero bueno, había visto cosas peores...

-Puees... sí, soy japonesa... y el rubio no es natural... - dije con una sonrisa nerviosa, mientras por mi frente resbalaba una gota de sudor frio. - ¿Tú también eres de aquí? - dije mostrando mi curiosidad por él, parecía un chico más bien de ciudad, pero se encontraba en medio de la nada, como yo, en un lugar perdido de un bosque, contemplando en una absoluta soledad, interrumpida, el bello lago que en ese momento se encontraba bastante lleno por las lluvias.